En el campamento de la preparatoria Bishop Lynch, no sólo los pequeños aprenden y ganan.
Por Violeta Rocha
Especial Revista Católica
DALLAS—-Como cada verano, durante los últimos cuatro años, Adriana Medina, alumna de grado 12 en la preparatoria Bishop Lynch de Dallas, dedicó su tiempo libre de estudio a trabajar y aportar lo generado al costo de su colegiatura.
Junto a otros 30 estudiantes de su preparatoria, Medina trabajó como consejera del campamento de verano que la escuela abre todos los años para niños de escuela elemental.
Se trata del programa de ‘estudiantes trabajadores’ con el que la preparatoria permite a sus estudiantes trabajar sea en las instalaciones o en el campamento de verano para poder contribuir fondos al costo de su matrícula estudiantil.
Medina, que comienza su año ‘senior’ este otoño, asegura que aunque el equipo de basquetbol en el que participa la mantiene muy ocupada, siempre espera que llegue el verano con emoción.
“Crear relaciones con los pequeños es muy gratificante y me hace feliz”, dijo la joven de 17 años.
Medina ha trabajado como ‘coach’ del campamento de su escuela desde que estaba en noveno grado y dijo que no solo la ha ayudado a pagar parte su matrícula, sino que la ha inspirado para perfilar mejor el rumbo profesional que quiere seguir.
“Definitivamente quiero salir de aquí directamente a estudiar una carrera que tenga que ver con trabajo social”, declaró. “La experiencia en estos campamentos, el hecho de ser mentor para los niños realmente me ha enseñado a crecer como persona y como individuo”, afirmó.
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