Por Violeta Rocha /Especial para Revista Católica Dallas
DALLAS— Para el salvadoreño Víctor Argueta, llegar a la dirección de la escuela de Santa María del Carmel (SMC) es la culminación de un sueño personal.
No sólo la suya es la historia de superación del inmigrante hispano educado en un hogar creyente, pero para el que la educación católica fue esquiva, sino también la de un padre esmerado en cambiar esa historia para sus propios hijos.
Pese a que su educación y su trayectoria profesional lo tuvieron por años en el sector público, Argueta y su esposa Evelyn, se fijaron la meta de educar a Diego de 12 años y a Emma de 7, en planteles católicos de Dallas.
DIOS LLAMA
Durante la ultima década, el salvadoreño, trabajó en el distrito escolar de Arlington, donde luego de cuatro años como profesor, fungió como administrador escolar. Mientras tanto sus hijos iban a la Academia Católica de Santa Clara en Cockrell Hill.
“Dios me estaba llamando y yo no quería escuchar”, dijo sobre el momento en que pensó dejar “de sentirse a gusto” en un trabajo exitoso, pero sin poder “enseñar los valores católicos”.
Hoy la historia gira para los Argueta, con Victor cumpliendo el anhelo de trabajar en un plantel católico, mientras sus niños se educan bajo el mismo techo.
“Me siento bendecido y orgulloso”, declaró el salvadoreño que asumió el pasado 1 de julio la dirección de SMC, situada en el oeste de Dallas, con una matrícula de 150 alumnos, mayoritariamente de origen hispano.
“Este será mi primer año en escuela católica”, agregó con entusiasmo. “Siempre he sabido la importancia de cultivar los valores católicos en nuestros hijos y lo prioritario que es sembrar esos valores en nuestra sociedad”, afirmó.
Fue el valor de la unidad que observó en SMC, el que causó en Argueta esa primera impresión de calor familiar que hace al extraño dejar de lado el temor y empezar a sentirse en casa.
“Las familias, los maestros, los niños son bien unidos y hospitalarios”, comentó el director de 41 años. “Te dan la bienvenida y te acogen rápidamente. Eso me enamoró de su cultura escolar” agregó.
EL PLAN DE DIOS
Titulado en educación en la Universidad del Norte de Texas y con una maestría en el mismo campo de la Universidad T&M Commerce, Argueta llegó al norte de Texas cuando tenía 13 años y se estableció con sus padres en Irving, donde la parroquia de San Lucas se convirtió en el hogar de su fe.
En 2008 viajó con el grupo de jóvenes a la Jornada Mundial de la Juventud que el fallecido Papa emérito, Benedicto XVI, celebró en Sydney, Australia.
El encuentro motivó en él la inquietud de discernir la vocación sacerdotal y llegó a considerar unirse a la orden de los padres dominicos.
Sin embargo, Dios tenía otros planes y un año después regresó a El Salvador, para unirse en matrimonio a Evelyn, regresando juntos a Dallas, donde años después nacieron Diego y Emma.
La oportunidad de aplicar para convertirse en la nueva cabeza de SMC, vino luego de leer la información en la página web del plantel, dijo Argueta.
“Sentí como que Dios me estaba diciendo: ‘déjate llevar y déjame llevarte a donde yo quiero que estés’, recordó. “Quiero demostrar que vamos a hacer un cambio en la escuela y que creo en ella. ¡Que mejor oportunidad que teniendo a mis hijos conmigo aquí y siendo una parte de la familia de SMC!”, afirmó.
Su esposa Evelyn comparte el sentimiento de orgullo por ser parte de la nueva familia SMC.
“Como pareja tenemos fe y creemos en que la educación católica es importante”, dijo. “Sabemos que la primera escuela es el hogar, pero si podemos darles una educación católica aunque sea un sacrificio, es mucho más beneficio”, comentó.
Diego que inicia el séptimo grado este otoño, declaró sentirse orgulloso de su padre aunque no ocultó los nervios que genera la novedad. “Dios está conmigo y voy a seguir su plan para mi familia”, dijo.
El Reverendo Jorge M. Cabrera de la Eucaristía, O.C.D. que hasta el verano fungió como párroco de la iglesia hermana de SMC, describió al nuevo director como una persona “con mucho entusiasmo y mucha energía”. “Tiene experiencia en la educación, es cercano a la gente, muy dispuesto a trabajar y lo más importante: dueño de una fe profunda”, apuntó. “La impresión que me llevo es excelente, se que SMC está en buenas manos”, agregó.
El matrimonio de Manuela y Antonio Rocha, han educado sus hijos de 13 y 11 años en SMC y recibieron con beneplácito la llegada del director Argueta.
La pareja participó el pasado 21 de julio en el festival parroquial, en el que distribuyeron información sobre el plantel entre la comunidad.
“Somos una sola familia en SMC”, dijo Manuela.“Vamos de la mano de Dios. Son nuevos cambios que se necesitan para crecer y valorar lo que tenemos”, dijo sobre esta nueva etapa para SMC.
Dulce Arreola originaria de Guanajuato, México, es madre de tres estudiantes de SMC y desde hace ocho es feligresa de la parroquia hermana.
“El nuevo director nos ha compartido algunas de las metas que tiene y nosotros buscamos apoyarlo”, dijo Arreola que mencionó como prioridad el proyecto de ampliar y reconstruir el plantel.
Pie de Foto: El director de la escuela Santa María del Carmel, Víctor Argueta, posa junto a su esposa Evelyn (Izq), su madre, María Argueta (Der) y sus hijos Emma y Diego de 7 y 12 años respectivamente. Foto: Especial para RC/Tacho Dimas