Queridos hermanos y hermanas en Cristo:
Les escribo hoy con respecto a las devastadoras inundaciones que ocurrieron en la región montañosa de Texas durante el feriado del 4 de julio. Este desastre natural ha dejado un rastro de angustia y pérdida, y aunque aún se desconoce la magnitud de los daños, sabemos que muchas vidas han cambiado para siempre.
Tristemente, esta tragedia ha afectado a nuestra propia familia diocesana. La Comunidad Católica de Santa Rita lamenta la dolorosa pérdida de Blair y Brooke Harber, dos de sus estudiantes, cuyas vidas fueron trágicamente truncadas por las inundaciones repentinas a lo largo del Río Guadalupe.
Blair, de 13 años y Brooke de 11, se encontraban con sus abuelos, quienes siguen desaparecidos. Ofrecemos nuestras más sinceras oraciones y condolencias a la familia Harber y a toda la comunidad parroquial de Santa Rita. También oramos por todos los miembros de nuestra familia diocesana que hayan sido afectados por pérdidas, lesiones o la preocupación por sus seres queridos. Que la paz del Señor, el apoyo de nuestra Iglesia y la esperanza de la vida eterna les brinden fortaleza y consuelo en los días venideros.
Al unirnos a innumerables personas en el duelo por la pérdida de vidas y el sufrimiento causado por estas inundaciones, pido que nos unamos como una sola Iglesia en oración. Oremos por todas las familias que lloran, por los socorristas que realizan una labor difícil y peligrosa, y por todos los que ayudan en las labores de recuperación.
Para quienes deseen apoyar a nuestros hermanos y hermanas afectados por las inundaciones, les informamos que se realizará una Segunda Colecta de Emergencia el fin de semana del 19 y 20 de julio. Todos los fondos recaudados se destinarán a Caridades Católicas de la Arquidiócesis de San Antonio para ayudar a los sobrevivientes. Quienes prefieran donar en línea o deseen más información, pueden visitar dallascatholic.org/emergency-second-collection-for-disaster-relief/
Nunca nos cansemos de permanecer unidos en la fe. Y con amor, encomendemos a todos los afectados por esta tragedia a los brazos de nuestra Santísima Madre, confiando en la tierna misericordia y la gracia sanadora de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo.
Fielmente suyo en Cristo,
Reverendísimo Edward J. Burns
Obispo de Dallas