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El Papa León comienza su pontificado pidiendo una ‘Iglesia unida’ en un mundo herido

Por Justin McLellan

Catholic News Service

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — Iniciando su pontificado con un llamado a la reconciliación y a la comunión, el Papa León XIV inauguró formalmente su ministerio como sucesor de San Pedro pidiendo “una Iglesia unida, signo de unidad y comunión, que se convierta en fermento para un mundo reconciliado”.

“En nuestro tiempo, vemos aún demasiada discordia, demasiadas heridas causadas por el odio, la violencia, los prejuicios, el miedo a lo diferente, por un paradigma económico que explota los recursos de la tierra y margina a los más pobres”, dijo el nuevo Papa en la homilía de su Misa de inauguración, el 18 de mayo.

“Y nosotros queremos ser, dentro de esta masa, una pequeña levadura de unidad, de comunión y de fraternidad”, continuó el Santo Padre dirigiéndose a las 150.000 personas congregadas para la Misa inaugural en la Plaza de San Pedro y sus alrededores. “Nosotros queremos decirle al mundo, con humildad y alegría: ¡miren a Cristo! ¡Acérquense a Él! ¡Acojan su Palabra que ilumina y consuela! Escuchen su propuesta de amor para formar su única familia: ‘en el único Cristo somos uno'”.

Una versión de esta cita de San Agustín es el lema episcopal del Papa y figura en su escudo de armas.

Invitados ecuménicos e interreligiosos y más de 100 delegaciones gubernamentales se unieron al nuevo Papa en la Misa celebrada en la Plaza de San Pedro. Estados Unidos estuvo representado por el Vicepresidente JD Vance y el Secretario de Estado Marco Rubio, acompañados por sus cónyuges y altos funcionarios de la Casa Blanca.

Vance y la segunda dama, Usha Vance, visitaron la tumba del Papa Francisco en la Basílica de Santa María la Mayor la tarde antes de la Misa inaugural. “Era muy querido por muchos católicos de todo el mundo, y espero que se me unan en la oración por el descanso de su alma”, escribió en un post en X.

Entre los líderes cristianos presentes se encontraba el Patriarca Ecuménico Ortodoxo Bartolomé de Constantinopla, junto con otras delegaciones de las iglesias ortodoxas, la Comunión Anglicana, la Federación Luterana Mundial, el Consejo Metodista Mundial, la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas y varias comunidades evangélicas y pentecostales. También asistieron representantes de la comunidad judía y de las tradiciones musulmana, hindú, budista, sij, zoroástrica y jainista.

Antes de comenzar la Misa inaugural, el Papa León recorrió la plaza en papamóvil por primera vez desde su elección el 8 de mayo, saludando a los fieles mientras la multitud gritaba “¡Viva el Papa!” A continuación, entró en la basílica para rezar ante la tumba de San Pedro, acompañado por los patriarcas de las Iglesias Católicas Orientales.

Tras la lectura del Evangelio, tres cardenales de las distintas órdenes del Colegio Cardenalicio participaron en el inicio formal del ministerio Petrino: El cardenal italiano Mario Zenari colocó el palio de lana sobre los hombros del Papa, simbolizando su papel de pastor de la Iglesia universal; el cardenal filipino Luis Antonio Tagle le entregó el anillo del pescador, evocando la misión de San Pedro de atraer a la gente a la red de Cristo; y el cardenal congoleño Fridolin Ambongo ofreció una oración invocando la fuerza del Espíritu Santo para el nuevo pontificado.

En representación de la Iglesia universal, 12 personas — clérigos, religiosos y laicos de todo el mundo — se acercaron a ofrecer su fidelidad y obediencia al nuevo Papa.

Reflexionando sobre la lectura del Evangelio de San Juan, en la que Jesús pide tres veces a San Pedro que cuide de sus ovejas, el Papa León dijo en su homilía que el ministerio de Pedro no se basa en la autoridad en sí misma, sino en el amor que sirve y une.

“A Pedro, pues, se le confía la tarea de ‘amar aún más’ y de dar su vida por el rebaño”, dijo. “El ministerio de Pedro está marcado precisamente por este amor oblativo, porque la Iglesia de Roma preside en la caridad y su verdadera autoridad es la caridad de Cristo”.

El sucesor de San Pedro, dijo, “debe apacentar el rebaño sin ceder nunca a la tentación de ser un líder solitario o un jefe que está por encima de los demás, haciéndose dueño de las personas que le han sido confiadas”. En cambio, “a él se le pide servir a la fe de sus hermanos, caminando junto con ellos”.

El Papa León también recordó el período de luto tras la muerte del Papa Francisco, y dijo que el cónclave que siguió a la muerte del difunto Papa fue un momento de gracia.

“Fui elegido sin tener ningún mérito y, con temor y trepidación, vengo a ustedes como un hermano que quiere hacerse siervo de su fe y de su alegría, caminando con ustedes por el camino del amor de Dios, que nos quiere a todos unidos en una única familia”, dijo.

“Con la luz y la fuerza del Espíritu Santo, construyamos una Iglesia fundada en el amor de Dios y signo de unidad, una Iglesia misionera, que abre los brazos al mundo”, dijo, pidiendo que seamos una Iglesia que “anuncia la Palabra, que se deja cuestionar por la historia, y que se convierte en fermento de concordia para la humanidad”.

Al final de la Misa, el Papa pidió oraciones por las regiones afligidas por la guerra: Gaza, Myanmar y Ucrania, que “finalmente espera negociaciones para una paz justa y duradera”.

El Presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, asistió a la Misa e iba a mantener un encuentro privado con el Papa más tarde, según informó la oficina de prensa del Vaticano.

Inmediatamente después de la Misa, el Papa Leo se reunió con varios representantes del gobierno, entre ellos Vance y Rubio, así como con la Presidenta peruana, Dina Boluarte. El Papa pasó más de 20 años en Perú como sacerdote misionero y obispo, y tiene nacionalidad peruana.

Pie de foto: El Papa León XIV saluda a los fieles mientras ingresa a la Plaza de San Pedro en el papamóvil antes de su Misa inaugural en el Vaticano el 18 de mayo de 2025. (Foto CNS/Vatican M

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