Comunidad ‘despide’ al padre González y espera que los siga guiando desde su retiro.
Por Violeta Rocha/Especial para Revista Católica Dallas
DALLAS—Tras superar cuatro décadas de sacerdocio, 33 de ellas sirviendo en la Diócesis de Dallas, el padre Eduardo González, se retira del servicio parroquial dejando fuertes lazos de fraternidad y robustas raíces espirituales.
El 29 de septiembre, la comunidad de la que ha sido su parroquia desde hace 12 años, la Iglesia de San Felipe Apóstol, lo despidió con un convivio.
Aunque el padre Gonzalez reconoció que “el cansancio físico está presente, no se despide totalmente para el descanso, sino para retomar “el llamado original” de su sacerdocio: la educación, el desarrollo humano y el trabajo con la juventud complementado con los medios de comunicación.
VIAJE PROVIDENCIAL
Originario de Puebla, México, el padre Gonzalez fue ordenado bajo la orden Salesiana el 28 de marzo de 1981 en la Basílica de la Virgen de Guadalupe en la Ciudad de México.
El sacerdote comenzó a visitar la Diócesis de Dallas a finales de los años 80 brindando charlas durante la novena a la Virgen Morena, en la que ahora es la Catedral Santuario Nacional de Nuestra Señora de Guadalupe.
“Estoy infinitamente agradecido porque me hayan abierto la puerta de una diócesis que no era mía y de un país que no era el mío”, dijo el padre González.
En 1991 se estableció en la diócesis tras la invitación del obispo Charles Grahmann, que le pidió llevar el proyecto de radio llamado Sintonía bajo financiamiento diocesano.
En el mismo año el padre González sirvió como vicario en la Iglesia de Santa Cecilia al sur de Dallas y cuatro años más tarde fue el administrador parroquial en la Iglesia de Corpus Christi en Ferris.
En 1997 fue asignado párroco de la Iglesia de San Eduardo y en 2006 se convirtió en el rector de la Catedral. Su retiro llega en la Iglesia de San Felipe Apóstol donde ha sido párroco más de una década.
José Leos, que colaboró con el padre González en la transmisión de las misas virtuales durante la pandemia del Covid19, dijo que las homilías del sacerdote llegan al corazón.
“El padre Eduardo habla como habla el pueblo. Su forma de celebrar la eucaristía y la fe que transmite en sus homilías es inspiradora”, dijo.
Una de sus experiencias más memorables, sucedió cuando siendo párroco de San Eduardo, hizo parte del grupo de peregrinos guadalupanos que viajaron al Vaticano llevando una réplica de la imagen de la Virgen de Guadalupe, para que la bendijera el entonces Papa, San Juan Pablo II. La imagen reposa hoy como la pieza principal del santuario de la Catedral.
“Es un sacerdote que tiene una calidad humana muy grande”, dijo Frank Hernández, feligrés de la Catedral desde hace cinco décadas y quien ha viajado en varias peregrinaciones con el padre González. “Al igual que sabe ser sacerdote, sabe ser un buen amigo y nos trata como hermanos”.
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