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Trazando un futuro lleno de esperanza

Un momento histórico para la Diócesis de Dallas, enfoca ahora su atención en el futuro de nuestra iglesia local. 

Por Michael Gresham

Texas Catholic 

IRVING —Del 1 al 4 de diciembre pasado, la Diócesis de Dallas convocó su primera asamblea sinodal en 90 años, marcando un momento crucial en el camino de 10 años de reflexión y renovación de la diócesis. Durante cuatro días, 284 delegados de los nueve condados de la diócesis, se reunieron en el hotel Dallas-Fort Worth Marriott en Irving para orar, escuchar y discutir los desafíos y necesidades que enfrenta la Diócesis de Dallas. 
“Somos colaboradores en la viña”, dijo el obispo Edward J. Burns. “San Pablo nos recuerda que estamos llamados de diferentes maneras, pero juntos, construimos el cuerpo de Cristo. Ahí radica la alegría que vamos a ver en esta diócesis al trabajar juntos y unirnos como un solo cuerpo de Cristo”.
Al publicar su carta pastoral, “El viaje a través de la Cuaresma, la Pascua, la Ascensión y Pentecostés: sínodo diocesano y plan pastoral pos pandémico para la Diócesis de Dallas” como respuesta a la pandemia del Covid19, el obispo Burns convocó solo el tercer sínodo en la historia de la diócesis, señalando que sentía que la Iglesia necesitaba una respuesta histórica a una pandemia histórica. Los dos sínodos anteriores habían sido convocados por el obispo Joseph P. Lynch en 1911 y 1934.
“Vi la necesidad de un sínodo diocesano durante la histórica pandemia, cuando nuestros bancos estaban vacíos, nuestros púlpitos en silencio y nuestros altares estaban desolados. Sabía que necesitábamos hacer algo histórico para compensar esta pandemia” , dijo el obispo Burns. “Creo que los frutos del sínodo ayudarán a reimaginar el sentido de proclamar el mensaje del Evangelio y llevar adelante la misión de Jesucristo aquí en el norte de Texas y en nuestra Diócesis de Dallas”.
El sínodo, que se inauguró el 12 de diciembre de 2021, festividad de Nuestra Señora de Guadalupe, involucró a más de 9,000 personas en 30 sesiones de escucha a lo largo de dos años. Sus voces produjeron más de 4,000 páginas de ideas que fueron condensadas por una comisión preparatoria de 27 miembros en 1,356 ideas de resolución. Lacy de la Garza, directora ejecutiva del sínodo, trabajó con el canciller de la Diócesis de Dallas, Gregory Caridi, para refinar esas ideas y convertirlas en 376 resoluciones viables.
Durante la asamblea sinodal, los delegados debatieron y ofrecieron un voto consultivo sobre las resoluciones presentadas al obispo Burns para su consideración. Estas resoluciones abordaban una amplia gama de desafíos.
La asamblea sinodal, señaló De la Garza, reunió a representantes de todos los rincones de la diócesis. “Todos los aspectos de nuestra diócesis estuvieron representados de alguna manera”, dijo de la Garza, enfatizando que todos los miembros de la diócesis estuvieron representados a través de la asamblea, ya fueran delegados o no.

El obispo Edward J. Burns, se une a los delegados, el personal y los voluntarios, para aplaudir y reconocer a Lacy de la Garza, directora ejecutiva del sínodo diocesano, en la clausura de la Asamblea Sinodal, el 4 de diciembre de 2024. Foto: RC/Michael Gresham

FUTURO PROMETEDOR


Al comenzar la asamblea, el obispo Burns pidió a los delegados durante todo el proceso que consideraran cómo imaginaban el futuro de la Diócesis de Dallas.
“Quería que los delegados se situaran en el año 2031 y, mirando hacia atrás, pensaran qué les gustaría ver diferente de lo que ven hoy”, dijo. “ Es un futuro lleno de esperanza. Es un futuro lleno de la expectativa de que Dios bendiga nuestros esfuerzos y dé éxito al trabajo de nuestras manos para ver que todo esto se haga realidad ” .
Mirando hacia el futuro, de la Garza enfatizó la importancia de la colaboración entre todos los miembros de la Iglesia en la Diócesis de Dallas. “El papel de los laicos, el clero y los religiosos para que los frutos del Sínodo se hagan realidad estará entrelazado”, explicó. 


¿QUÉ SIGUE? 


La asamblea sinodal representó la culminación de años de preparación y oración, pero no es el final del camino sinodal. Cuando el obispo Burns convocó el sínodo en 2021, pidió que concluyera el 12 de diciembre de 2031 con una misa para celebrar el aniversario número 500 de la aparición de Nuestra Señora de Guadalupe a San Juan Diego en México.
“Este es un proceso de 10 años de introspección y renovación”, explicó de la Garza. “Ahora, nos dirigimos hacia la implementación, donde el obispo Burns y su comisión de implementación trabajarán en consulta con los sacerdotes de la diócesis para discernir cómo llevar adelante las prioridades y recomendaciones de esta asamblea” .
La comisión de implementación comenzará a reunirse en enero de 2025. Mientras tanto, el obispo Burns discernirá las resoluciones que le han enviado los delegados de la asamblea para su consideración. Además de votar las resoluciones, los delegados también votaron sobre la priorización de esas resoluciones.
“El trabajo del sínodo no ha terminado” , dijo el obispo Burns en un mensaje publicado en el sitio web diocesano el 6 de diciembre. “Esta reunión me mostró los sinceros deseos de los fieles, con sus esperanzas y determinación de construir una diócesis más fuerte, más santa e impulsada por la misión que continuará cumpliendo las palabras de Cristo: ‘Tú eres Pedro y sobre esta roca edificaré mi Iglesia’” .

Pie de foto principal: El obispo Edward J. Burns, celebra misa el 1 de diciembre durante la  Asamblea Sinodal celebrada en Irving, del 1 al 4 de diciembre de 2024.  Foto RC/Michael Gresham

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