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Un encuentro que transforma: medio siglo del Movimiento de Cursillos

Por Jannie Guzman
Especial para Revista Católica Dallas

DALLAS — Lo que empezó como una inquietud de dos frailes capuchinos un 9 de enero de 1960, cuando admiraron la devoción de los esposos Inés y Juan González en la capilla de Nuestra Señora de Lourdes en Dallas, trajo a nuestra diócesis un movimiento de evangelización, que este año celebra medio siglo.
Los esposos González, de paso por Dallas, habían vivido un Cursillo de Cristiandad en la vecina ciudad de Waco y fue su devoción lo que llevó a los frailes capuchinos a experimentarlo y traerlo a la Diócesis de Dallas, hace 50 años.
Hoy, más de 450 cursillos se han realizado en nuestra diócesis y el movimiento continúa como desde sus inicios, bajo la guía espiritual de los capuchinos.
DE LA VERDAD AL CAMBIO
Una antigua casa de retiros en un terreno de la parroquia de Nuestra Señora de Lourdes, dio paso al actual Centro de Cursillos en 1963. En la actualidad se imparten allí los talleres que se extienden durante un fin de semana.
“Lo que pretende el Cursillo de Cristiandad es dar un curso pequeño. De allí viene la palabra Cursillo”, explicó Fray Luis Gerardo Arraiza, asesor espiritual del movimiento. “Es un taller que intenta exponer las verdades básicas de nuestra fe cristiana católica”, agregó.
Los frutos del movimiento van más allá de la dimensión individual o de pareja, dijo el fraile, pues el cursillo provee de medios a cada participante para que persevere y evangelice.
A los nuevos cursillistas se les motiva para que formen un grupo de amigos con el que se reúnen semanalmente para dialogar y evaluar los ambientes en los que se desenvuelven.
Fray Arraiza dijo que la prioridad del cursillo es fomentar que “cada persona haga lo posible por cambiar o evangelizar en su ambiente”.
Mireya Sánchez, directora del Movimiento Laico de la Diócesis de Dallas, vivió su Cursillo en 2001. “Para mí fue un cambio total”, dijo. “Me ayudó a conocerme a mí misma, a conocer el medio ambiente en el que me muevo, mi comunidad y poder servir”, agregó.
En la Ultreya o reunión semanal en la parroquia, los grupos de cursillistas se reúnen para compartir su vida cristiana y escuchar el testimonio de alguno de ellos.
“La Ultreya quiere decir adelante y es una forma de alimentar la semilla recibida en el cursillo”, agregó Fray Arraiza.

Pie de foto: Fray Luis Gerardo Arraiza habla durante la clausura del retiro Jornada Juvenil #210, el 16 de noviembre en el Centro de Cursillos de Dallas. Foto: Especial para RC/María Olivas

La hija del matrimonio González, mantiene vivo el legado de fe de sus padres. Lucía González vivió su primer Cursillo por primera vez a la edad de 16 años y lo define como “algo íntimo que ha transformado su vida”.
“El Movimiento sigue haciendo mi vida más llevadera en tiempos de alegría y en los pesares, gracias al amor, las amistades y la fe que recibo”, compartió. El Cursillo es el encuentro con Dios, con uno mismo y con los hermanos”, agregó.
Mas información acerca del Movimiento Cursillista en Dallas llamado al 214-631-7775.

Pie de foto imagen principal: Participantes del retiro Jornada Juvenil #210 del Movimiento de Cursillos, posan el 16 de noviembre de 2025 en el Centro de Cursillos, durante la clausura del evento dedicado a jóvenes adultos hispanos. Foto: Especial para RC/María Olivas

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