Por Violeta Rocha
Especial para Revista Católica Dallas
DALLAS— El recuerdo de las calles iluminadas, los balcones decorados con faroles de luz y las jardineras adornadas con filas de veladoras que brillan en la oscuridad, permanece vivo en la mente de Claudia Cruz que emigró hace cinco años de su natal Colombia para el norte de Texas.
Y como en sus mejores recuerdos de infancia, el pasado 7 de diciembre, víspera de la fiesta de la Inmaculada Concepción de María, el balcón de su residencia en Irving, refulgió de luz y esplendor.
La noche era oscura y el cielo estaba limpio. Abajo, el balcón de los Solarte-Cruz, brillaba como una estrella luminosa en la quietud de la oscuridad. La colombiana que junto a su esposo y dos hijas hace parte de la Iglesia de San Lucas en Irving, prendió una docena de veladoras y algunos faroles, para celebrar el tradicional Día de las Velitas, que en su patria conmemora la proclamación del dogma de fe de la Virgen María.
El dogma fue dictado por el Papa Pío IX mediante la bula Ineffabilis Deus el 8 de diciembre de 1854 y establece que María es la única persona nacida libre del menor vestigio de pecado original.
Los colombianos festejan la vigilia del dogma el 7 de diciembre y al día siguiente celebran la proclamación del mismo, con la fiesta de la Inmaculada Concepción.
“Cada año prendo las velitas a la Virgen del Carmen y rezo una oración junto a mis hijas como hacía mi madre conmigo cuando era pequeña”, comentó Cruz. “Así se me haga muy tarde ese día, jamás dejo de encender las velas ni de orar sin falta”, agregó.
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