Fiesta patronal salvadoreña, es insignia de unión y fraternidad en iglesia de Irving.
Por: Violeta Rocha/Especial para Revista Católica Dallas
IRVING— “¿Cómo es el corazón de los salvadoreños?,” con está pregunta el padre Ernesto Esqueda, párroco de la Iglesia de San Lucas, en Irving, comenzó la homilía el domingo 4 de agosto, cuando la iglesia celebra el Día del Divino Salvador, patrono de los salvadoreños, quienes en la Diócesis de Dallas y principalmente en la parroquia de San Lucas, tienen una extensa y vibrante presencia.
También vibrante, fue la celebración que como cada año desde 2011, se observa desde temprano en la mañana con misa, seguida por una procesión con la imagen del Divino Salvador del Mundo y posteriormente un convivio con música y variedad de comida.
CULTIVANDO IDENTIDAD
Valeriano Molina, originario del departamento de Morazán, en El Salvador y su esposa Sara Loredo, originaria de San Luis Potosí, México, coordinadores de la Sociedad Guadalupana tuvieron a cargo la decoración del anda del Divino Salvador.
“Es una experiencia muy personal y una gran satisfacción estar decorando la imagen de nuestro Divido Salvador del Mundo”, dijo Molina explicando que dos días antes se prepararon con flores y tela y trabajaron durante tres horas con la ayuda de otras cinco personas del ministerio para dejar el anda lista.
Unas 300 personas acompañaron image en la procesión.
“Ver a toda la parroquia unida en esta celebración es muy bonito porque se promueve la convivencia y la comunión”, dijo Molina de 50 años y feligrés desde hace 15 años en San Lucas.
“Nos sentimos identificados en la parroquia”, dijo sobre su familia.
La Sociedad Guadalupana también estuvo a cargo de la venta de sandwiches salvadoreños, que se preparan con salsa, betabel, repollo, pepino, tomate y lechuga, explicó Molina.
Unos diez ministerios parroquiales se unieron en la venta de comida. El convivio ofreció un ambiente con música en vivo, bailes folklóricos y danza azteca. Cientos de feligreses degustaron enredos de yuca, pasteles salvadoreños y las tradicionales pupusas, un platillo tradicional de El Salvador.
“El Señor nos pone a trabajar”, dijo Elim Soriano, integrante del Ministerio Renovación Carismática y quien hizo parte de unas 50 personas que cocinaron en diferentes tiempos del día.
Soriano de 36 años, explicó que se prepararon para cocinar 3,000 pupusas, usando hasta 60 libras de chicharrón.
Dijo que el ingrediente principal fue “todo el amor de servir al Señor”.
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Pie de Foto: Feligreses de origen salvadoreño y de diversos orígenes, pertenecientes a la comunidad de la Iglesia de San Lucas en Irving, participaron el 4 de agosto en una procesión en honor al Divino Salvador del Mundo alrededor de los predios parroquiales. Foto: Especial para RC/Ben Torres
