El padre David Piquer nacido en España, proviene de una familia que lo crió sirviendo a los pobres y marginados.
Por Constanza Morales
Revista Católica Dallas
Haber crecido en una familia entregada a la misión, preparó el corazón del padre David Piquer para que desde su adolescencia dijera con confianza que quería seguir a Dios.
Oriundo de Castellón de la Plana, España, el padre Piquer es el mayor de una familia de nueve hermanos, criados en el seno del Camino Neocatecumenal.
Desde que tenia tres años su familia viajó en misión a comunidades desfavorecidas en el Perú, Rusia y Argentina.
La experiencia permitió para él y sus hermanos experimentar lo que es ser misionero y aprender a llevar la Buena Nueva a los más vulnerables.
“Eso fue algo que marcó mucho a David”, dijo su hermana Paloma Piquer que viajó desde España para acompañarlo el día de su ordenación.
“Poco a poco comenzó a saber cómo practicar la misericordia y escuchar a Dios”, agregó.
El llamado al sacerdocio también fue algo que creció en el padre Piquer poco a poco, pero que despertó cuando había ingresado a la escuela de medicina en Argentina, donde residía con sus padres y hermanos.

Pie de foto: El padre David Piquer entrega sus primeras bendiciones a feligreses en la Iglesia de Santa Elizabeth Seton, el 24 de mayo de 2025 cuando fue ordenado sacerdote para la Diócesis de Dallas. Foto: RC/Michael Gresham
Dios y sus formas misteriosas
“Me sentía completamente insatisfecho. Pensé que seguir mis sueños me haría feliz pero al contrario, me sentía más y más insatisfecho”, dijo al recordar el momento en que durante una jornada de catequesis con cerca de 400 jóvenes del Camino Neocatecumenal, en su corazón sintió la confianza de seguir a Dios.
“Al escuchar las palabras del catequista que al mismo tiempo respondían a las preguntas que tenía en mi cabeza, pensé que quizás, solo quizás, si dejaba mi vida en manos de Dios, Él podría hacerme feliz”, dijo recordando aquel 9 de julio de 2012 en Buenos Aires.
“Así que que pensé: ‘bueno, tengo todo lo que soñé, una novia quizás venga después, pero no soy feliz. Dios, te voy a dar una oportunidad, pero no me hagas sacerdote’”.
Ciertamente el Señor actúa en formas misteriosas.
El pasado 24 de mayo el padre Piquer fue ordenado como sacerdote de la Diócesis de Dallas junto a otros tres hombres—el padre Bryce Baumann, el padre Allen-Michael Muench y el padre Peter Whitfield— en la Iglesia de Santa Isabel Ana Seton en Plano.
El obispo Edward J. Burns lo asignó para servir como vicario parroquial en la Iglesia de San Juan Diego en Dallas, donde más del 90% de las familias son de origen hispano.
“Ver a David ordenarse sacerdote es un milagro”, dijo su hermana Paloma. “Hacerse sacerdote no es algo que en estos tiempos todo el mundo pueda lograr y el hecho de que el será el mensajero de la Palabra de Dios y en el futuro el pastor de una iglesia, nos llena de felicidad”, agregó.
El nuevo sacerdote de 33 años, dijo que seguir a Jesús ratificó su verdadera vocación y le regresó la satisfacción que antes le faltaba.
“Todas las cosas que el Señor ha hecho por mí a través de mi comunidad Neocatecumenal en Dallas, mis formadores, mis hermanos sacerdotes y seminaristas, han superado con creces mis sueños”, comentó. “Hoy puedo decir que tengo una alegría que nunca tuve cuando perseguía mis sueños”, agregó.

Pie de foto: El obispo Edward J. Burns impone sus manos en la cabeza del padre David Piquer, durante la ordenación
sacerdotal celebrada el 24 de mayo de 2025, en la Iglesia de Santa Elizabeth Seton en Plano.
Verlo llevando la alegría del amor de Dios a quienes ha sido llamado a servir, es una de las expectativas que el padre Alan McDonald, vice rector del Seminario Redemptoris Mater en Dallas, tiene acerca del padre Piquer.
“David ha crecido en su fe, su celo por la proclamación del Evangelio y su amor por la Iglesia durante estos años en el seminario”, dijo el padre McDonald que lo conoce desde hace 12 años.
El padre Piquer ingresó a una comunidad del Camino Neocatecumenal a los 13 años en su natal España y al llegar a Dallas, se unió a una de las comunidades en su parroquia, la Iglesia de la Inmaculada Concepción en Grand Prairie.
“El luchó por su vocación y nosotros como su comunidad hemos visto cómo a pesar de las dudas, el amor de Dios lo rescató y siempre rezamos para que dios proteja su vocación”, dijo María Gámez, miembro de la Primera Comunidad del Camino Neocatecumenal en esa parroquia.
Mientras estudiaba en Redemptoris Mater, el padre Piquer estuvo conectado con el Camino compartiendo la celebración eucarística los sábados, la oración mensual comunitaria y varias liturgias de la palabra.
“Me siento emocionado de verlo como sacerdote”, declaró Bryan Cepak, coordinador de una de las comunidades en Grand Prairie. “He visto sus batallas, sus preocupaciones y angustias. Será maravilloso verlo llevando su ministerio a la gente de la Diócesis de Dallas”, agregó.
Ahora que su jornada como sacerdote empieza, el padre Piquer sabe que en su ministerio, continuará descubriendo a la comunidad, como le sucedió durante su año pastoral en la Iglesia de San Juan Diego.
“He aprendido muchas cosas nuevas que creía saber sobre las diferentes culturas latinoamericanas”, dijo. “He comprendido que Dios va más allá de la cultura”, agregó.
Con información de Violeta Rocha.
Pie de foto imagen principal: El padre David Piquer sonríe a sus familiares y amigos durante la misa de ordenación en la Iglesia de Santa Elizabeth Ann Seton el 24 de mayo de 2025.