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Las vocaciones juveniles son un faro de luz para la comunidad

Por: P. Luis María Prado / Especial para Revista Católica Dallas

En nuestra comunidad de la parroquia de San Bernardo de Claraval, la creciente cantidad de jóvenes que eligen el camino de la vocación es una fuente de esperanza y alegría.
Estos jóvenes, al ingresar al seminario de nuestra orden y con sus primera profesión de votos, no solo están respondiendo a un llamado personal; están ofreciendo un gran don a la Iglesia y a nuestra comunidad.
Cada vocación es un signo de renovación. San Juan Pablo II nos recuerda que “a través de la vocación, el hombre descubre su identidad más profunda”.
La decisión de estos jóvenes de formarse como sacerdotes refleja su deseo de vivir plenamente la fe y el compromiso de servir a los demás.
Ellos se convierten en faros de luz en nuestra comunidad, mostrando que el verdadero sentido de la vida se encuentra en el amor y en el servicio.
Como párroco, me llena de alegría ver a estos jóvenes abrazar su vocación. En la comunidad, su entusiasmo y dedicación fortifican nuestra vida espiritual.
“No tengan miedo de abrir sus corazones a Cristo”, decía San Juan Pablo II, y ellos lo hacen al permitir que el Espíritu Santo guíe sus decisiones.
Es fundamental que apoyemos a estos jóvenes en su camino, brindando nuestra oración y acompañamiento.
“La vocación es un misterio que se vive de manera comunitaria”, nos enseña el santo padre. Juntos, como parroquia, podemos ser un pilar sólido para ellos.
Las vocaciones juveniles son un regalo que enriquece nuestra parroquia. Sigamos orando para que escuchen la voz de Dios y respondan con generosidad, contribuyendo así a construir una Iglesia más viva y comprometida en San Bernardo de Claraval.

El padre Luis María Prado es el párroco de la Iglesia de San Bernardo de Claraval.

Pie de foto imagen principal: (De izq a der) Sebastián Peña, Benjamín Figueroa, Diego Vaquera, Juan Correa y Benjamín González, jóvenes de la parroquia de San Bernardo de Claraval, hicieron sus votos de primer año en su camino al sacerdocio con el Instituto del Verbo Encarnado. Foto: Cortesía

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