El tradicional juego de mesa mexicano, enlaza culturas e integra a feligreses de la tercera edad.

Por Violeta Rocha ∣ Especial para Revista Católica Dallas

DALLAS— Así como millones de hogares hispanos se reúnen frecuentemente para jugar a la lotería mexicana creando invaluables recuerdos, la comunidad parroquial de San Felipe Apóstol en Pleasant Grove está “haciendo familia” valiéndose de este tradicional juego cultural en su “Noche de Lotería”.
Pensando en dedicar más tiempo de calidad a la feligresía de la tercera edad, Diana Alvarez, encargada de la cafetería, buscó la ayuda de los demás ministerios parroquiales.
Alvarez quiso facilitar una actividad donde “las personas de la tercera edad pudieran platicar, compartir entre ellos y sentirse alegres e integrados, pues dijo que “muchas veces vienen a comer a la cafetería después de misa, pero están solos y no platican con nadie”.
Fue así que en julio pasado decidieron incorporar el juego de lotería un sábado al mes después de la misa anticipadora de las 5 p.m.
“Lo mejor de todo es que a la invitación no solo llegaron personas de la tercera edad de origen hispano y anglosajón, sino también familias completas que también querían jugar y compartir”, dijo Alvarez.

El juego se hace alternando entre el inglés y el español, y los ganadores reciben premios que son donados por los propios ministerios que apoyan la actividad.

MUY NUESTRA
La lotería es un juego de mesa parecido al bingo en el que cada planilla contiene 12 imágenes que ilustran oficios, personajes, animales, cuerpos celestes y artículos que hablan de la historia mexicana.
Cada jugador tiene una planilla y debe mantenerse atento a la persona que dirige el juego, pues esta irá nombrando o ‘cantando’ cada carta con la imagen correspondiente.
Si el jugador tiene la carta mencionada en su planilla, debe marcarla con un artículo pequeño. La primera persona que complete su planilla antes de que se hayan cantado las 54 cartas, gana el juego.
“La lotería es algo muy de nuestras raíces culturales, es algo que desde niño me ha dado identidad”, dijo Joel Sustaita de 43 años y quien hace parte de la coordinación del ministerio Cristo Renueva su Parroquia, uno de los que impulsa esta iniciativa.
“Tengo el recuerdo de mis primos y mis abuelitos llenando las cartas del juego con frijoles”, compartió el oriundo de San Luis Potosí, México.

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