Scroll Top

Haciendo posible la promesa de educarse aunque haya necesidad

Torneo de Golf del Obispo, une a la comunidad para apoyar la educación católica en la Diócesis de Dallas.

GARLAND— Aunque su sueño es debutar algún día en un mundial como jugador profesional de futbol, para Luke Herrera, el honor más grande ha sido estrechar la mano del obispo Edward J. Burns. El momento llegó el pasado 22 de septiembre cuando el joven de 12 años, fue premiado como uno de los beneficiarios en la ceremonia del Torneo Invitacional de Golf del Obispo, celebrada en el Stonebriar Country Club.
Cada año, diez escuelas son elegidas en la Diócesis de Dallas para recibir este reconocimiento. Herrera recibió un certificado y $2,000 en asistencia para la matrícula del año 2025-2026, entregado por CHRISTUS Health.
“Para mí fue un un gran honor”, dijo el jovencito que cursa séptimo grado en la escuela católica de El Buen Pastor en Garland. “Me siento muy agradecido por esta ayuda, porque le da a mi familia un respiro financiero muy necesario”, agregó.
Los Herrera, una familia con múltiples generaciones educadas en El Buen Pastor, tuvieron dificultades económicas que los orillaron a dejar a dos de sus hijos por fuera del plantel este ciclo escolar.
“No fue una decisión fácil”, recordó Diamond Herrera, madre de Luke y ex alumna de El Buen Pastor. “Siento gratitud porque esta ayuda me da tranquilidad y me permite pensar en que será posible reunir a todos mis hijos el próximo año”, agregó.
FRUTOS Y PROMESAS
El torneo de golf fue la visión de Don y Jane Hanratty, explicó Tom Burns, que co presidió este año el evento en compañía de sus esposa Lucy. “Durante los 15 años que ha estado vigente, se han otorgado 4,000 becas a niños para que asistan a escuelas católicas”, declaró.
La visión de llegar a las nuevas generaciones para abrir la oportunidad de que puedan aspirar a una educación católica, ya está dando frutos. “Estamos encantados de tener 35 donantes nuevos este año y 52 equipos de golf”, dijo Burns.
En la escuela de El Buen Pastor, los sacrificios de las familias abundan pero no pasan desapercibidos.
Catherine Esteban que enseñó a Diamond Herrera en el tercer grado, se conmovió cuando la joven madre trajo a su hijo Luke a estudiar en ese plantel católico.
“Fue algo que demostró mucho los sacrificios que ella ha hecho y los valores que aprecia. Fue un hermoso momento que cerró el círculo y me recordó por qué esta comunidad es tan importante”.
Para Herrera de 31 años, educar a sus hijos rodeados del espíritu de comunidad que distingue a El Buen Pastor es prioridad. “Crecí en esta comunidad viendo el impacto positivo que tiene en la formación de los niños y como la fe está presente en cada esquina de su desarrollo”, agregó.
El obispo Edward J. Burns elogió la solidaridad de la comunidad para mantener el proyecto vigente. “Es inspirador ver cómo la comunidad se une para lograrlo”, destacó en la ceremonia del 22 de septiembre. “Escuelas, parroquias, familias y amigos se unen para apoyar la educación católica en la Diócesis de Dallas”.
También enfatizó la promesa que son las escuelas católicas al aportar más allá de las aulas. “Ofrecen a nuestros jóvenes ventajas para la universidad y el cielo”, dijo. “Nuestras escuelas católicas fortalecen no solo la vida individual, sino también a la Iglesia”, continuó. “Fortalecen a la comunidad y a la familia aquí en el norte de Texas”, agregó.
La superintendente diocesana de escuelas católicas, Jannette Lambert, destacó el impacto transformador que tienen las becas en la vida de los estudiantes a los que benefician.
“Abren las puertas para estudiantes que de otra manera no podrían costear la educación católica y vemos la diferencia que marca”, dijo. “Nuestros estudiantes se convierten en líderes de la comunidad y francamente en líderes del mundo”, dijo.
En la escuela de El Buen Pastor más de la mitad de las familias reciben algún tipo de asistencia financiera para la matrícula, dijo la maestra Pamela Aguilar.
“La realidad económica es un factor que determina si los niños regresan o no al año siguiente”, dijo Aguilar que conoce a los Herrera desde antes de que Luke naciera. “Sabemos de la necesidad de las familias porque somos una comunidad muy unida y vemos que aunque no puedan dar, siempre están ahí para brindar su tiempo, ayudar a la escuela y apoyar”, comentó.
“Lo que Dios les da en ayuda, ellos lo devuelven al 101%”, agregó la maestra Diana Velazquez. “Siempre que nos han dado esta oportunidad de recibir esta beca han sido familias con situaciones difíciles, pero familias fieles que aun sin tenerlo dan de regreso y aprecian y valoran la educación católica”, agregó.

Pie de foto: El obispo Edward J. Burns (Izq), Luke Herrera (centro) y Ernie Sadau, presidente y CEO de CHRISTUS Health, el 22 de septiembre de 2025, en el Torneo Invitacional de Golf del Obispo, celebrado en el Stonebriar Country Club.

Related Posts