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Hermana Norma Pimentel despide en Roma al Papa, protector de su misión humanitaria

La religiosa de las Misioneras de Jesús, dijo que el ejemplo que Francisco dejó, la inspira para seguir firme y adelante con su ministerio promigrante.

Por Violeta Rocha
Especial para Revista Católica Dallas
La hermana Norma Pimentel ha sido el rostro de la defensa de los inmigrantes en el sur de Texas durante más de una década, supervisando el Valle del Río Grande en su papel de directora ejecutiva de Caridades Católicas.
Su servicio dando auxilio a los inmigrantes no pasó desapercibido para el papa Francisco, quien la elogió por su dedicación, la invitó a seguir siendo valiente y desarrolló con ella un contacto permanente que la llevó a Roma en varias ocasiones. El papa Francisco agradeció a la hermana Pimentel por su trabajo durante una reunión virtual en agosto de 2015. Luego se conocieron en persona durante la visita papal a la ciudad de Nueva York en septiembre de 2015.
Ante el fallecimiento del sumo pontífice el 21 de abril, la hermana Pimentel se desplazó al Vaticano para darle un último adiós a Francisco y asistir a su funeral.
Revista Católica Dallas conversó telefónicamente con la hermana Pimentel el viernes 25 de abril, cuando ya se había cerrado oficialmente el féretro del papa Francisco y faltaban algunas horas para el inicio de la misa fúnebre.
“Quise venir para hacerle saber que estamos todos con él y que nos dolió mucho su partida, pero queríamos despedirnos de él. Seguirá estando con nosotros siempre”, dijo la religiosa que viajó el pasado 23 de abril.

LEGADO QUE PERDURA
“Estoy en Roma y estoy viendo miles y miles y miles de personas caminando solemnemente en oración, con una paciencia, por horas y horas para poder acercarse a despedirse de él. La presencia del santo padre en nuestras vidas nos ha impactado tremendamente nos ha invitado a amar, a tratar al prójimo con ternura, con atención, con respeto”, dijo la hermana Pimentel.
La religiosa de origen mexico-americano perteneciente al Instituto de las Misioneras de Cristo Jesús, dijo que el principal legado de Francisco es el mensaje de hermandad.
“Ahora que el ya ha partido, nos deja una gran responsabilidad a cada uno de nosotros. Si somos personas de fe, personas que creemos que Dios está con nosotros, pues lo tenemos que reflejar en lo que hacemos. En cómo tratamos a los demás, en cómo reflejamos que Dios está con nosotros, en cómo damos esa imagen de Dios a los demás. Es lo que tenemos que seguir haciendo y el Papa nos lo habló muy claro”, reiteró. La hermana Pimentel estuvo en el centro de la crisis humanitaria a lo largo de la frontera. En su labor, la religiosa acoge a los inmigrantes que han sido liberados de centros de detención, recibiéndolos en el Centro de Respiro Humanitario de Caridades Católicas en el centro de McAllen.
El apoyo de Francisco, fue una roca que sostuvo e inspiró a la hermana Pimentel para continuar firme en su compromiso con las familias menos favorecidas que empujadas por la pobreza y la violencia en México y Centroamérica, llegan a la frontera sur de Texas.
“El quiso que nosotros nos enteráramos de su respaldo y quiso hacerlo notar y todo el mundo se enteró que la labor que nosotros hacíamos en la frontera era algo que él aplaudía y que él reconocía”, dijo la hermana.
“Creo que esa inspiración de él nos ayudó a saber que estábamos haciéndolo bien, que teníamos algo muy importante por hacer y podíamos continuar haciéndolo, siempre viendo la forma de cómo recibir a nuestros hermanos que nos necesitan”, agregó.
Después de acompañar al Papa a su última morada en la misa de exequias fúnebres, la hermana Pimentel regresará al Valle del Río Grande en Texas.
Pese a la tristeza que embarga su corazón por la partida del santo padre, la religiosa se declaró llena de fortaleza para continuar adelante con su misión.
“Tenemos una labor muy grande por delante para hacer”, dijo proyectándose en lo que viene en el cuidado y ministerio a las comunidades inmigrantes en el sur de Texas.
De cara al cónclave que elegirá al sucesor de Francisco en las próximas semanas, la religiosa, dijo que la huella de Francisco en la Iglesia debe continuar.
“Debe ser un liderazgo que siga haciendo esa labor que él empezó: dirigir la Iglesia pobre, para los pobres. Hay que tratarnos con respeto y con dignidad entre todos, no podemos excluir a nadie y debemos buscar la forma de transmitir ese amor de Dios a todas las personas que podamos”, concluyó.

Pie de foto imagen principal: Durante su visita a Estados Unidos en 2015, el Papa Francisco se reunió con la hermana Norma Pimentel, Directora Ejecutiva de Caridades Católicas del Valle del Río Grande, y le dio un reconocimiento por la continua ayuda humanitaria que brinda a los refugiados e inmigrantes en la frontera entre Texas y México. Foto: Cortesía CCRGV

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