Por Violeta Rocha
Especial para Revista Católica Dallas
DALLAS— Cerca de 100 niños vestidos de santos entraron en procesión junto al reverendo Daniel Rendon, párroco de la Iglesia de San Juan Diego en Dallas, la tarde del 1 de noviembre, fiesta De Todos Los Santos.
Santo Tomás de Aquino, San Gregorio Hernández, Nuestra Señora de Guadalupe y Santa Teresa de Lisieux, entre otros, conmovieron a la feligresía que atendió la misa de las 5 p.m.
“Al ir vestidos de santos, los niños sienten que ya son santos y se les nota ese gozo en la fe que tienen”, dijo Lupita Cueto, catequista de Primera Comunión.
“Quiere decir que los niños están catequizados y que sus padres están involucrados y los están acompañando, eso nos llena de esperanza y alegría”, agregó.
Floriceli López, ayudó con alegría a su nieto Juan Francisco Reyes a vestirse de San Juan Apóstol. “Nosotros queríamos que se vistiera de San Miguel Arcángel pero dijo que no”, recodó López. “Eligió a San Juan, porque dijo con convicción que es ‘su santo’”, agregó muy orgullosa.
MEMORIA QUE EVANGELIZA
Como los niños, los adultos de la parroquia también celebraron con alegría el 1 de noviembre, cuando la parroquia tuvo listo el altar del Día de Muertos, que durante los últimos siete años, integrantes de varios ministerios han construido con esmero y dedicación para la fiesta de los Fieles Difuntos que la Iglesia celebra el 2 de noviembre.
“El objetivo es que se mantenga viva nuestra fe y cultura y transmitirla a las nuevas generaciones”, explicó Junior Garcia, integrante del Ministerio de Hospitalidad y de la coordinación de este altar.
“México tiene infinidad de cultura y tradición que aún estando en otro país seguimos aprendiendo de los demás”, agregó García originario de Zacatecas.
Elvis López, oriundo de Guatemala, colaboró durante siete semanas cada tarde después de su trabajo, para elaborar la ofrenda.
“El altar lleva un mensaje de evangelización”, comentó López. “La cultura me lleva a la fe y la fe me lleva a la cultura. No podemos separarlo, porque por eso es el magisterio de la Iglesia, porque lo reúne todo y lo cristianiza”, agregó.
Alrededor de siete mil flores de papel crepe y dos mil cartulinas de colores cortadas en seis diferentes medidas para formar rombos estilo huichol, adornaron el altar de tres pisos.
Los voluntarios usaron cientos de madejas de estambre, rollos de hilo cáñamo y miles de grapas para el terminado final. En total, unas tres mil veladoras adornadas con la fotografía de seres queridos fallecidos, fueron dispuestas en el altar por los feligreses de la parroquia.
“Hacer flores es lo más hermoso, porque recuerdo mi infancia, a mis padres, tíos y a mis seres queridos”, dijo Floriceli Lopez, originaria de Oaxaca, México.
Dar de su tiempo para completar este altar, aunque sea después de su jornada laboral, es “disfrutar de estar en compañía rezando el rosario, compartir una taza de chocolate y convivir cada día con diferentes ministerios”, comentó alegre.
Rosita Vasquez, coordinadora del Ministerio de Hospitalidad, dijo que se busca que la ofrenda “cada año sea diferente para que las personas de diferentes estados mexicanos se sientan como en su tierra”.
“He aprendido de la unión y de la perseverancia porque a pesar de las trabas, esta comunidad es totalmente unida, humilde y sobre todo muy trabajadora”, dijo Vasquez rememorando los siete altares que ha ayudado a elaborar con la comunidad de San Juan Diego.
Pie de Foto: La celebración del día De Todos los Santos y de los Fieles Difuntos en la Iglesia Católica San Juan Diego en Dallas , se llevó a cabo el sábado 1 de noviembre de 2025 en la noche. El reverendo Daniel Rendon bendijo la ofrenda. Foto: Especial para RC/María Olivas







