Por Violeta Rocha
Especial para Revista Católica Dallas

Desde que nació Diego Vaquera ha llevado un escapulario de la Virgen del Carmen en su cuello. Hace poco mas de un mes, cuando fue investido con la santa sotana en la Basílica Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción en Washington, el joven de 21 años y feligrés de la Iglesia de El Buen Pastor en Garland, lo llevaba al cuello con orgullo.

De padres mexicanos y oriundo de Dallas, Vaquera es parte de un grupo de cinco muchachos de la parroquia de San Bernardo de Claraval en el sur de Dallas, que iniciaron su noviciado con la orden del Instituto del Verbo Encarnado (IVE) para discernir su vocación a la vida religiosa.

En su camino de fe, su crianza ha sido una raíz poderosa.

“Diego nos evangelizaba aquí en casa e inspira a sus hermanos. En los últimos años hemos tenido muchos desafíos en la familia, pero él comenzó a llenarse de Dios; le interesaba buscar información sobre el sacerdocio, iba a misa siempre, al sacramento de la reconciliación, buscaba aprender de cantos Gregorianos y se fue llenando bastante de Dios.”, comentó Juani Barcenas, madre de Diego.

Sin embargo su llamado a la vocación, llegó alimentado por un experiencia de silencio y gracias a su participación en el grupo de jóvenes Voces Verbi, guiado por el párroco de la Iglesia de San Bernardo de Claraval, el padre Luis Prado.

“El objetivo de Voces Verbi es ayudarlos a descubrir su vocación, ya sea al sacerdocio o al matrimonio. Los ayudamos a descubrir su vocación y a vivir como Dios quiere”, explicó el padre Prado.

“Es una alegría indescriptible ver que los jóvenes le dicen si a Dios”, agregó.
A partir de esta edición, Revista Católica Dallas estará presentando la historia de estos cinco novicios en su camino al discernimiento vocacional.

Siga leyendo en la edición especial de enero, disponible en parroquias suscritas de la Diócesis de Dallas.