Por P. Marco Rangel
Especial para Revista Católica Dallas
Un mes antes de la llegada de la Semana Santa, los teatros en Estados Unidos estrenaron la película Cabrini, basada en la vida de la religiosa italiana fundadora de la orden de las Hermanas Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús. Esta narra la misión de la madre Cabrini en Nueva York, a donde llegó en 1889.
Actuada por Cristiana Dell” Anna y dirigida por Alejandro Monteverde —director de Sound of Freedom— esta película nos presenta la vida de la primera ciudadana estadounidense canonizada por la Iglesia Católica y reconocida por haber creado 67 instituciones entre ellas orfanatos, escuelas y hospitales.
El mayor crédito de la película es presentar esta vida santa, en la que Francisca Javier perseveró contra todo tipo de ataques. Desde el principio de la película, la madre Cabrini nos deja ver que su llamado fue servir a los necesitados y llevar el amor de Dios a tierras lejanas.
El filme cuenta que mientras ella tenía sus ojos puestos en China, el Papa León XIII, la envió a EU, luego de conocer los sufrimientos de los inmigrantes italianos que a finales del siglo XIX, llegaron a América escapando la pobreza y el hambre.
En Nueva York la madre Cabrini se encuentra con el sufrimiento y deplorables condiciones de los inmigrantes, sobre todo los niños huérfanos en las calles. Había suciedad, enfermedades, muerte y nada de ayuda de parte de las autoridades civiles.
Es cuando entonces la madre Cabrini le dice a las religiosas que la acompañaron que “tenemos que ensenarle a América que toda gente merece dignidad…todos somos semejantes, hijos e hijas de Dios”.
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